Y llegó la primera ola de esta inmensa marea
avisando de una devastadora resaca
amenazante de dolor y muerte.
Una onda expansiva con
estertores de eco pasado.
Sirva quizás para aprender
que si tiras una piedra al mar,
éste te puede salpicar.
No es tiempo de lamentos,
no recéis por sus almas.
Pues
entre rezo y rezo
se desangran
los que no practican
el dogma de los que matan.
martes, 22 de marzo de 2016
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