Harto estoy de pensar,
no, de eso nada, chaval
harto estoy yo de que pienses,
a ver cuando empiezas a actuar.
Harto estoy de vagar,
que no, que nada,
harto yo de que vaguees,
que no es lo mismo.
Buscar, o encontrar,
buscar primero,
y,
ya si eso, encontrar.
Que me dejes,
¿cómo?
Que no me hables
¿que no me qué?
¡Joder! ¡Desarapece de una puta vez!
Sabes que no puedes.
Sabes que es imposible
que me debes la vida.
Y la muerte, no lo olvides.
Y la muerte, sí.
Compartimos penas
Compartimos culpas
Compartimos alma
Y la vida
Y la muerte.
¿y ahora qué?
¿ahora hacia dónde?
¿hacia cuándo?
Ahora tú y yo solos.
Sin dependencias más allá de las nuestras propias
Sin pilares mojados
ni castillos de naipes
sobre el aire.
Ahora somos uno, hecho dos,
como siempre,
haciendo dos de uno:
el que sí, todavía
y el que no, ya no.
Exacto.
Tú sigue esperando
que yo desespero.
Eso,
tú sigue desesperando,
mientras yo te espero.
Piensa que a todo cerdo le llega su San Martín,
y el desangre no siempre es señal de muerte,
sino de renovación.
Entonces qué, cob,
¿nos lanzamos?
A mí qué me preguntas, doc,
si yo sólo soy tú
y solo, no soy nadie.
Muchas veces para avanzar el mayor problema no es un camino bifurcado, sino estar dividido en ti mismo. Gran entrada cob/doc.
ResponderEliminarEn mi caso, me temo, el 100% de las veces es mi propia bifurcación la que supone el problema en sí, no la bifurcación del camino.
EliminarMuchas gracias =)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLo mejor de ti es que no necesitas que nadie te entienda, y lo mejor de creer entenderlo es que te llena por dentro.
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