Para el décimo cuarto día de #unmesdepoemas, Elena Medel nos cuenta la historia de James Macpherson, quien descubrió, en 1761, los poemas de Ossian, un bardo gaélico del siglo III. Durante años publicó los poemas que encontraba y traducía, hasta que los medievalistas y el crítico Samuel Johnson destaparon el engaño: los poemas "mezclaban" textos reales, más o menos originales, y composiciones del propio Macpherson.
De esta forma, nos introduce a la existencia de los falsarios, y los relaciona con los autores heterónimos: Juan de Mairena como heterónimo de Antonio Machado, o los más de 70 que llegó a crear Fernando Pessoa.
Los heterónimos son autores ficticios a los que el autor real (o también denominado como ortónimo) les atribuye parte de su producción, convirtiéndolos, a su vez, en personajes. De esta forma, el autor podía escribir con una voz que no fuera propia, sino ajena, pues en esencia pertenecía a su heterónimo y no a sí mismo.
La propuesta está clara: ¿si fuésemos otra persona, qué escribiríamos?
FAUNA DE UN DISCO-PUB A LAS 2:05 AM.
El viejo león hambriento
bátese en retirada
con las garras rotas
y rota el alma
el único rugir de su cuerpo
es síntoma de estómago vacío
y no de victoria
óyese el reír de la hiena
tras la roca del lago
esperando el turno de
hincar el diente
pero es quien ríe último
quien mejor lo hace
y es por ello que seré yo
buitre carroñero
quién dé caza y muerte
a la gacela herida.
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