Para el décimo quinto día de #unmesdepoemas, Elena Medel nos propone fijarnos no tanto en lo que se dice, sino en la forma con la que se dice: no con ningún recurso estilístico, sino con la propia forma del poema. Cito literalmente:
"El haiku es una estrofa y un poema al mismo tiempo, pero representa más que un 'molde': resume toda una actitud. Un haiku consta de tres versos en los que las moras del idioma japonés se identifican con nuestras sílabas: el primer verso tiene cinco; el segundo, siete; y el tercero, cinco. Ninguno de ellos rima. Cada uno de estos versos tiene una función en el poema: el primero describe una situación; el segundo describe una acción; y el tercero describe una sensación generada por los dos primeros y como cierre y conclusión del poema."
Mi haiku es el siguiente:
El agua suave
cae en la arena sucia.
Mirada ausente.
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