Para el séptimo día del reto #unmesdepoemas, Elena Medel nos empuja a usar de nuevo la memoria para activar la inspiración, pero de una forma más concisa esta vez: debemos acudir un 7 de agosto de nuestro pasado y recurrir a lo que nos ocurrió por aquel entonces para escribir nuestro poema.
Como con el anterior reto, tampoco pude quedarme con un único 7 de agosto, y en su lugar escogí 10 sietes de agosto, espaciados 3 años entre sí, para que entre todos sumen los 30 años de vida que tengo. Y esto fue lo que salió:
Un 7 de agosto del ‘87
yo era un latido
apenas imperceptible,
un grano de arroz.
Una ilusión creciente
con más de imaginario
que de real.
Un 7 de agosto del ‘91
yo era unos pañales
rogando por un trozo de pastel.
Un 7 de agosto del ‘94
yo era un crío criando
junto a su hermano
cocodrilos de arena
en la orilla del mar.
Un 7 de agosto del ‘97
yo era un hermano mayor
dispensando caricias al
nuevo miembro del hogar.
Un 7 de agosto del 2000
yo era un recuerdo borroso
de noches de escondite y
un beso inocente en el portal.
Un 7 de agosto del 2003
yo era el descubrimiento
de los límites del placer
a través de mis manos.
Un 7 de agosto del 2006
yo era una Constitución de Cádiz,
una desamortización de Mendizábal
o un sexenio democrático,
yo era un verano encerrado entre
libros con la promesa de
aspirar a una carrera como arquitecto.
Un 7 de agosto del 2009
yo era un ingeniero técnico a punto
de serlo,
pero también un amor joven,
una flor en primavera,
la felicidad de un beso en la nuca
y el sexo salvaje y torpe de dos
adolescentes enamorados.
Un 7 de agosto del 2012
yo era un esclavo en ciernes,
el aprendizaje de un puesto laboral
con mordaza incluida en forma
de salario mensual.
Un 7 de agosto del 2015
yo era un esclavo feliz de serlo,
era un poeta afligido por los miedos
con un libro clavado en la memoria
y una lista de razones por
las que no volver a amar.
Este 7 de agosto de 2018
soy solo esclavo de
mis propias decisiones,
soy una nueva vida en
un nuevo lugar,
soy una lista de razones
para amar de nuevo.
Soy, al fin y al cabo,
todo lo que he sido,
pero con unas canas de más.
Magistral, amigo Dani
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Antonio!
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