viernes, 10 de septiembre de 2021

Perchas vacías

Bajo la lumbre rojiza
de su último portazo
crece como enredadera
por mis entrañas
una compaña gélida
como el poniente mañanero.
No recuerdo el momento,
             el instante exacto
en el que nuestra ropa nueva
se desprendió del reflejo
que iluminaba nuestra habitación.
Tampoco la estantería
parece notar la ausencia
de sus besos sobre mi piel.
A día de hoy no hay nada a mi alrededor
que me explique este aroma a soledad.
Tan solo luce en el patio trasero
un perchero vacío desde ayer.