domingo, 28 de septiembre de 2014

Happy birthday

Desde que he sabido que era hoy el día que antaño fuera precedente de mi existencia, he pensado en miles de palabras y letras con las que poder engalanar algo tan grande. 
Pero es imposible adornar con flores y guirnaldas lo que ya de por sí es bello en esencia.

Porque la belleza no es algo maquillado con los colores de la realidad.
La belleza no son unos ojos azules iluminados por una tenue luz.
La belleza no se mece con los cabellos sueltos al viento, ni se embriaga con su olor.
La belleza no es un beso bajo la Luna llena.

No representa a la belleza que dos niños sonrientes compartan una bolsa de gominolas bajo el sol de mayo en una plaza cualquiera. 
No representa a la belleza que dos ancianos sonrientes compartan el zumo de naranja cada mañana esperando que el día haga acto de presencia por la ventana.
No representa a la belleza el paso del tiempo por un cuerpo en continuo estado de embriaguez emocional.

O sí.

Porque belleza eres tú.

Belleza son tus manos agrietadas por el trabajo.
Belleza son tus curvas de felicidad andante.
Belleza es tu nombre cuando lo pronuncio al llegar a casa.
Belleza es que me conozcas mejor que yo mismo, que para eso me has parío', y aún así me aguantes.


Hoy es 28 de septiembre en el calendario anual, y taytantos años de razones para seguir adelante en el mío personal.

Feliz cumpleaños mamá.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Mentiras piadosas

- Toma Ana... ¡espera! Ten cuidado al abrirlo, tiene un... tiene un poema para ti.- se ruborizó Juan al darle el paquete envuelto en papel de periódico, el favorito de ella para los regalos, a Ana.
- ¡Oohh, qué guay! ¡Déjame leerlo!- exclamó Ana el instante anterior a comenzar a recitar con esa voz de locutora nocturna que la naturaleza le había regalado:

Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.
Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.
Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
¡Ah los vasos del pecho! ¡Ah los ojos de ausencia!
¡Ah las rosas del pubis! ¡Ah tu voz lenta y triste!
Cuerpo de mujer mía, persistirá en tu gracia.
¡Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.


- ¡Me encanta, Juan! ¡Aay, cómo te quiero!- y se fundieron en la explosión de besos y abrazos rutinaria de cada mes, cuando se encontraban en la estación. 

Mientras permanecían abrazados, Juan no le dijo que en realidad el poema no era suyo. Tampoco le habló del cuaderno lleno de garabatos, versos y prosas de su puño y letra que llevaban el nombre de Ana. 
A su vez, Ana no le contó que estaba deseando llegar a su habitación para rebuscar en el cajón secreto del escritorio el cuaderno de tapa roja que descubrió meses atrás. Tampoco le dijo que cualquiera de esos versos malrimados, estrofas versicortas y prosas torpecursis eran mejores que todos los Nerudas, Benedettis y Salinas que le llevara perfumados en letra dorada a la estación.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Extraño - 25 de septiembre en Hotel Meliá Colón, Sevilla

"El aire choca contra una piedra,
la mueve,
le susurra no sé qué historias
sobre lo efímero de la existencia,
sobre lo erróneo en la experiencia,
la gira
le da una vuelta
mientras le habla de
la gran mentira de los cinco sentidos,
de lo vacuo de los suspiros,
le dice que no tema,
que no le hará daño.
Le roza un beso en el poro izquierdo,
y la deja caer sobre tu dedo meñique."

Y así, con esa mezcla de fluidez y hostia en la cara,
con la impronta de una máscara en febrero
y la facilidad de una rima con la fecha de presentación,
se inaugura la exposición de arte de alguien que no es un amigo, sino un hermano.


Y yo, afortunado juntador de letras y palabras, tengo, no el gran, sino el superlativamente inmenso honor de participar en la exposición dándole voz escrita a sus cuadros en el catálogo de la exposición.

Si estáis por Sevilla este mes, despojaos de toda idea preconcebida por los sentidos y no dudéis en dejarse maravillar por el arte. Y si podéis ir el jueves, quién sabe, lo mismo hasta os encontráis con un servidor.

Os dejo enlace al evento en Facebook.

https://www.facebook.com/events/1515308175380932/?ref=25

viernes, 19 de septiembre de 2014

Alter Ego

Yo,
todo yo, soy yo
dices.

La ropa que me compro
yo
soy yo.

Mi música,
la que escucho
yo
soy yo.

Mis besos soy yo
Mis versos son yo

Las series que veo,
Yo.
Los libros que leo,
Yo.
Los ojos que miras,
Yo.

Mis decisiones
Mis temores
Mis sueños
Mis metas
Yo.

Yo,
sólo yo,
dices.

Todo a mi alrededor
es tan yo,
que dudo
si yo
soy yo,
o lo que me define.

martes, 16 de septiembre de 2014

September came

La soledad que visten
las calles que sondean
a mi segunda morada,
sonríe con el abanico
de colores de la última
sequía en mis manos.

Las aguas del bullicio
lucen la calma
del interés perdido.

El mar suena de fondo
despreocupado del qué oirán,
del qué dirán
si ven sus olas
coronadas de espuma,
y nada más.

La ausencia de miradas
de dialéctica sin palabras.
Las dunas vacías
de niños y pisadas.

Y aún así... me embarco.
Recojo mis bártulos y zarpo.

Yo, que a olas orilleras
estaba acostumbrado,
cruzo dedos y fronteras
surcando el mar a nado.

Yo, que de un palmo
no levanto
plántome frente al muro
que separa la risa del llanto.

Y ahora que la tormenta ruge
y el viento me lleva,
levo anclas e izo velas,
que no sea lo que Dios quiera,
que sea la poesía la que me ayude.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Sueño

Sueño que vago por el desierto, hambrienta alma errante, en busca de una dirección que me acerque a la civilización de la que tanto reniego. Busco un oasis en el que calmar siquiera la sed de mis fantasías, mas ni tan solo las ilusiones se acercan a mí.

El sol me deslumbra a mi paso por dunas y valles rocosos. La luna me abraza con su gélido hálito de oscuridad en silencio. Los días y las noches se persiguen uno tras otro en una carrera por ver cuál de los dos me hace perder la poca cordura que me queda.

No sé ya discernir entre realidad y sueño. En mis descansos oníricos sueño que camino por la blanquecina arena. Cuando creo estar despierto, ensueño que descanso y me sumerjo en los recuerdos de mi antigua vida.

Y así pasa el tiempo entre sueños caminando y en caminos soñando. Y así paso el espacio entre segundos bailando, minutos hablando, horas contando y días y noches a mi cuerpo matando. Se... se me nubla... la razón... No sé ya si yo... soy... No... sé... la razón... se nubla, yo soy... ¿quién?

Abro los ojos. Aparece una nube. No sé cuanto tiempo llevo tumbado boca arriba en este llano de grises piedras. Noto los labios resecos, resquebrajados, la nariz despellejada, el cuerpo agotado. Me escuece el mordisco en el dedo meñique del último alimento cazado. No tiene buena pinta.

Las sombras a mi alrededor se mueven en círculos concéntricos de aladas maneras. Una gota me roza la frente. ¡Hijos de puta! No solo esperáis ansiosos mi muerte desde ahí arriba, sino que lo celebráis meándoos literalmente en mí. Les increpo a sus leonadas cabezas.

Pero de repente... otra gota. Y una más. No salgo de mi asombro. Espera, esto no es pis aviar, es agua ¿las aves orinan? Bah, qué más da, ¡es agua! ¡está lloviendo!

Espera, ¿lloviendo, en pleno desierto? En efecto, llueve. Y bailo. Y saco la lengua. E intento beber con mis agrietadas manos llenas de mugre en forma de cuenco. Me desnudo. Dejo que la lluvia empape todo mi ser en cuerpo y alma. Y sigue lloviendo. Y cada vez más. Me da igual, ¡es agua, por fin, agua!

De una de las dunas que creo haber sobrepasado hace unas horas empieza a descender lo que parece ser un hilillo de agua. Jajaja, ¡un arroyo! ¡un puto arroyo en este maldito desierto! Corro como un renacuajo de 8 años a tirarme en él. Dejo que el agua del riachuelo me sacuda los cabellos mientras me abandono a la creciente corriente que galopa ladera abajo.

Boca arriba observo cómo los buitres siguen girando en una pequeña porción de cielo sin nublar, como si la lluvia no fuese con ellos. Me pelllizco, no vaya a ser que esté de nuevo durm... ¡Ay, joder! No, definitivamente no estoy soñando.

Esta lluvia es real, este río es real, y mi sed ya está saciada ¡No me veréis morir de sed, pájaros del demonio! Es más, no me veréis morir de hambre, que he visto un par de peces ya por aq... ¿cómo? ¿peces?

Tras lo que parece una estrenduosa explosión, las dos partes de la duna divididas por el río se vienen abajo, dando paso a una ola de más de veinte metros de altura ¡¿Joder, hay una puta calavera en la cresta de la ola?!

No he terminado de salir de mi asombro cuando me veo revolcado por litros y litros de agua salada, rodeado de corales y algas me sorprendo intentando nadar hacia la superficie entre bancos de peces y algún que otro tiburón. Miro hacia arriba. Ya no hay buitres, ya no hay cielo, ni nubes, ni lluvia, sólo agua... ¿Dónde coño ha ido a parar el desierto?

Sigo buceando hacia la superficie, cada vez me cuesta más dar una brazada. Mis pies no responden, me fallan, pesan demasiado ¿Qué coño hago con las botas puestas aún? Creo divisar el casco del barco que antes surfeaba el tsunami. Presa del pánico les grito pidiendo ayuda y trago una gran bocanada de agua en mi estupidez.

Me ahogo...

Me falta el oxígeno... Veo... veo claridad a lo lejos... Se me nubla el pensamiento... Una niebla me cubre la mente, no sé si estoy nadando o no... Apenas... apenas sí soy capaz de percibir algún pequeño movimiento de mi cuerpo... La claridad, concéntrate... la claridad sigue ahí, cada vez más grande, como más nítida... Noto... sí, noto cómo el oleaje sacude mi mano derecha. Intento abrir los ojos... no me había dado cuenta de que los tenía cerrados... Luz... sólo veo luz... No... no siento mi cuerpo, pero intuyo... creo... sí... creo que salgo a flote, que el último aliento que me queda me ayuda a cruzar la superficie del mar y... 

Despierto.

martes, 9 de septiembre de 2014

Contr-adicciones

Besar un reloj
como el que
abraza al tiempo
que no tiene.

Estrujar entre
sus brazos
cada segundo
para que el
final no llegue.

Lamer las horas
durante horas
sin conseguir
que el tiempo
corra sin correrse.

Reiterar y repetir,
que es lo mismo,
pero no,
día también
tras día sí,
hasta hacer
del continuo
espacio-tiempo
un bonito
caleidoscopio
de socavones.

Jugar al
quién es quién
con las caras
observándote
y todas las cartas
en tu mano.

Fallar con
el mismo
bigotes de
sonrisa estúpida
una y otra
y otra vez.

Romper por
billonésima vez
la carta de
la señorita
de gorro rojo
por intuir de nuevo
ese "ya te lo dije"
en su cara de pez.

Buscar tus
buenos días
cada mañana
en la jaula
que tú misma
dejaste vacía.

Llenar y rellenar,
que es lo mismo,
pero no,
el cuenco de comida
con el alpiste manido
de hace un mes.

Dejar la
puertezuela abierta
por si él
algún día
decide volver.

Así como con la jaula.

Salir al parque
a correr
y contarle
a las flores
que lo volviste
a hacer.

Que volviste
a escribir,
a sentir,
a reprimir
y rugir
por lo que ya
un día de julio
les vomitaste
en su redil.

Te pica una abeja
te rascas y jodes,
y vuelves a correr.

Llegas a casa,
bañera lista
con agua hirviendo.
Dos copas de borgoña,
y una hora de (en)sueño.

Salir, beber,
y el rojo
de siempre
coloreando
tu piel.

Como si sufrir fuera un placer.

Te miras,
te observas,
te escupes,
y narras
tu historia
otra vez.

En el reflejo,
en la pared:
el reloj
al fondo,
a su lado,
el quién
es quién.
La jaula,
vacía,
y su foto
en la pared.

Te giras ansiosa,
y vuelves a empezar.

Besar un reloj
como el que
abraza al tiempo
que no tiene...

Suena alguien
en el espejo:
- ¿Ves? Aquí
tienes tu adicción,
que pretendes
ser tú,
sin pasar
por ser yo.
- ¿Y qué?
Si ahí,
cuando tú,
dejes de ser
para que yo
pueda ser yo,
se acabará
mi contradicción.
Déjame morir
a mi manera,
que de la tuya
no sé vivir.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Going back home drunk

Me he perdido en las diferentes tonalidades de azul que te definen como el niño que se presenta diáfano ante la inmensa cantidad de gominolas de la tienda con un billete de 10 euros en la mano.

He inventado historias y prehistorias en busca de tu aniquilación en tan solo una página de libro de escuela.
Las calles han bailado al son de mis ensoñaciones y me han hecho creer que el alcohol, y no tus ojos, ha sido cómplice de ello.

Que se joda el mar. Y el cielo. Y los azulejos. Y las cortinas. Y todo lo que se tenga que joder si yo decido, por azar o por suerte, perderme entre tus sueños.

Déjame caer en este precipicio de asfaltos si es necesario,
pero permite que sea yo el superviviente de este naugragio.