jueves, 29 de agosto de 2013

Sueño en frío

Son silencios encadenados,
sonrisas enlatadas,
y pensamientos no buscados.

Miradas al vacío,
saltos al frente,
y sueños en frío.

Son nueve y son diez.
Son sota, caballo
y rey,
son cartas no escritas,
y vivos sin vivir.

Son sexo sin fricción,
poetas asustados
por morir ahogados
sin encontrar la inspiración.

Es un Él, con o sin Ella.
Es un Ella seguramente con él,
pero sin Él.

Es un sentido vacío.
Palabras calientes.
Un sueño en frío.

lunes, 5 de agosto de 2013

Similitudes

Estado de corrupción actual en España vs. Darle las notas a tu madre.

¿Os habéis parado alguna vez a pensar cuán se parecen ambos casos? Analicémoslo un poco, a ver si coincidiís conmigo en las similitudes existentes:
- ¿Qué pasa si, a final del primer trimesre, vas con un suspenso no muy importante, pongamos, no sé, Educación Física, y se lo enseñas a tu madre? Un cosqui/cate/pescozón o una buena regañina, no te las quita nadie.
- Pongamos que, en lugar de llevar Educación Física suspensa, te han quedado Inglés y Ética. Hostras, eso es algo más importante ya, por lo que lo de una simple bronca o torta no vale, mínimo te llevas dos, una por cada asignatura, y vete preparando mentalmente para no salir en un par de semanas.
- Y si hablamos de tres asignaturas, límite entre el pasar de curso o repetir, teniendo alguna asignatura de las fuertes, Matemáticas o Lengua y literatura, suspensas, la que te va a caer en casa no la aguanta ni Chuck Norris en sus mejores momentos. Y merecido te lo tienes, que lo sabes.
- Pero, ¿qué pasa si te quedan TODAS? O la gran mayoría de ellas. Un número increíblemente alto de asignaturas, imposibles de estudiar en los 2 meses y medio de verano que te quedan por delante de las recuperaciones de septiembre. ¿Qué pasa entonces? Tu madre se encierra en su habitación a llorar. No entiende en qué ha fallado, no sabe qué ha hecho mal. Pero el enano graciosillo y juguetón de hace unos años se ha convertido en un flojo y rebelde de los huevos, sin ninguna responsabilidad ni interés por tenerla, egoísta y mamón en el sentido de no parar de mamar de mamá y papá sin ofrecer nada a cambio (unas buenas notas, por ejemplo). Eso es lo que pasa, tu madre está bloqueada, es tal el delito, que no sabe reaccionar, no puede, y lo único que hace es llorar en la intimidad, y quejarse de tu mal hacer frente a las vecinas y amigas.

¿Veis el símil? No dejamos de llorar en nuestras casas. No hacemos más que quejarnos por redes sociales y en nuestros grupos de amigos cuando salimos. ¿Pero quién le mete las dos hostias que se merece al cabrón de turno? Desconfiad en lo que tanto citan ellos mismos, los ladrones: "La Justicia caerá con todo su peso sobre los culpables". Porque la Justicia está en manos de los mismos que piden un 10% de reducción de sueldo en los próximos dos años, mientras cobran 324.000 € netos anuales (véase Christine Lagarde, directora del FMI).

Señores, el sistema educativo y un mal profesor pueden influir en el interés que muestre un alumno en estudiar. Unos padres desinteresados influyen también. Pero la carga final de estudiar o tocarse los huevos recae sobre el propio alumno. No tenemos los políticos que merecemos. Estos políticos NO se los merece NADIE. Y, como no podemos darle dos hostias, porque acabaríamos nosotros entre rejas, y tampoco podemos privarlos de su libertad, no nos queda más que salir a la calle y exigir sus correspondientes años de castigo, sin salir de su habitación, una habitación con rejas, y no parar hasta conseguirlo.

Por desgracia no podremos decirle, como me decía a mí mi madre, eso de: y castigado de verdad, ¡nada de pleisteichion! Porque encima con nuestro esfuerzo y trabajo pagamos con impuestos todos los televisores de plasma, consolas, piscinas y gimnasios que "necesitan" y se "merecen" como buenos delincuentes que son.

jueves, 1 de agosto de 2013

Comparecencia de Rajoy

Buenas tardes queridos amigos. Supongo que estarán enterados de la comparecencia de hoy en el Senado de nuestro amadísimo Presidente del Gobierno: Mariano Rajoy.

En redes sociales, sobretodo en Twitter, se ha levantado un gran revuelo, causante de mofas, chistes y bromas (como no podía ser de otra forma en este país de pandereta), tras la repetición exhaustiva por parte de Caraplasma de la frase "fin de la cita".
¿Por qué "fin de la cita"? Os comento: el señor Rajoy, tras informar que no iba a caer en el tan explotado recurso político del "y-tu-más", se ha dedicado a dictar literalmente distintas citas de Alfredo Pérez Rubalcaba, ese señor que brilla por su ausencia opositora, y tras cada cita, pues soltaba el ya mencionado "fin de la cita".
Tras hacerme eco de esto que os cuento, me dispuse a opinar (cómo no) sobre el hecho, y salió esto:



Esto fue unas tres horas atrás, justo cuando se estaba llevando a cabo la comparecencia. Pasado dicho intervalo temporal, me encuentro con lo siguiente:



Es gracioso porque acerté de lleno en mi nota.
Es penoso porque tenemos a un Presidente del Gobierno que ni siquiera saber leer los discursos que le redactan.

En serio, no sólo no es autosuficiente para comparecer con un discurso propio, aunque sea escrito, me da igual ya, sino que encima no sabe leer lo que otros asesores han escrito para él. Un texto que debe de haber sido minuciosamente medido y corregido hasta la extenuación para que no queden (supuestamente) huecos o erratas. Un texto en el que sólo les ha faltado incluir intervalos de espera para los repetitivos, pactados e insulsos aplausos de sus compañeros de partido. Y va, y lo lee mal. Me imagino a sus asesores dándose de hostias contra la pared: "¿Por qué, joder, por qué? Debí hacerle caso a mi madre y trabajar de dentista, que también se gana mucho dinero, y además es un trabajo digno y respetado".

No sólo esto es remarcable de la comparecencia, por supuesto. Entre otros temas, ha reconocido haberse equivocado con Bárcenas: "Me equivoqué al dar la confianza a quien no la merecía."; y me pregunto yo:



Y se queda tan pancho. Total, con unas disculpas de nada, ya vale. Bueno, ni siquiera eso, sólo con reconocer la equivocación deberíamos alabar su entereza y buen hacer. ¡VIVA EL VINO!

De eso nada señores, no olvidemos que el perdón en política se pide con la dimisión. Que por muy mal que lo hagamos en este país, no nos merecemos ni este Presidente, ni este Gobierno.