jueves, 28 de agosto de 2014

Life

he sido
soy
y espero ser

a eso se resume la existencia

martes, 26 de agosto de 2014

Entrevista para Diario de Cádiz

Hoy tenía preparado un nuevo poema que encontré perdido en mi libreta. Pero tras recibir la noticia de la publicación de la entrevista que me hizo mi gran amigo Ezz Mendoza para Diario de Cádiz, he decidido que mejor os dejo la entrevista, y ya os regalaré el poema en otro momento. 

No quepo en mí de la felicidad (claro que con 1,63 m. de altura esto no es muy difícil).

Bueno, no me demoro más, aquí os dejo la entrevista.

Gracias a todos.

lunes, 25 de agosto de 2014

Ser yo sin ser

He de ser fuerte en la contingencia de la curiosidad.
En la resistencia contra la rebeldía.
No hay por qué terminar mal lo que mal empieza.

He de ser honesto en el devenir de los pensamientos.
En la fatua persistencia del advenimiento.
No hay por qué jugar con fuego si no hay llamas.

He de ser lo que he de ser cuando deba serlo.
He de ser lo que quiera ser cuando pueda serlo.
He de ser lo que se me diga ser cuando se me diga serlo.
Pregunto.

No.
He de ser yo cuando quiera
cuando pueda
cuando deba
cuando me salga de los cojones.
Respondo.

Y me río de la insensatez
Y me río de la ingenuidad
Y me río de lo utópico

Y me río, y me mar,
y me suputamadre,
porque lo que toca no es reir
porque lo que toca es llorar.

O no.

jueves, 21 de agosto de 2014

Falsa realeza

En su enfundada sonrisa
de quien despreocupa por todo,
por todos,
se encuentra la cruel esencia del ser humano.

Princesa imborrable de altos vuelos
muestra en su caída
el amor inquebrantable por los cuervos.

Reina impertérrita de los magos
risa lacónica
al recuerdo de sus vasallos.

La maquiavélica impronta del egoísmo impertinente
del buen mirar de cara al frente,
del rugir de los latidos en su presencia ausente.

La dualidad del pensamiento
conduce necesariamente
a la soledad del sentimiento
                            y en su caso,
conlleva inevitablemente
una llamada al sufrimiento.

No lo llames persona
si no conoces sus besos.

No lo llames humano
si no has olido su pelo.

No lo llames egoísmo
si no has bebido su aliento.

No lo llames, de hecho,
si no quieres verte muerto por dentro.

Ya ves,
llevaban razón los sabios de mentes lúcidas
y agoreros del mal camino:
no era común nuestro destino.

martes, 19 de agosto de 2014

Caprichos

El caramelo de limón mañanero
de un domingo a principios de mes.
Un mes de vacaciones con viajes entre tus dedos.
Un libro a bajo precio en cualquier rastrillo de barrio bajo.
La camiseta de última colección,
de talla inapropiada.
Unas converse color rojo,
cordones negros.
El juguete de moda
para estos Reyes Magos
con el que jugar una única noche.
Un viaje para tres,
en el que sólo llegan a destino dos.
El ovillo de lana verde
deshecho a zarpazos de gata.
Baño caliente
de espuma blanca.
Ducha fría
calmante de aguas.
Oleaje torcido
a vientos de levante.
Un paseo entre callejones
en un día de lluvia.
Una carrera al tiempo
de salir corriendo.
Un garabato más
del que presumir en tus libros.
Una mierda sin recoger del suelo.
Una mierda pisada sin suerte.
Una mierda limpiada sin miramientos
contra el escalón de tu entrada.
El último chupito de la noche
antes de emborronar el suelo
con tus falsas historias.
El baile de fin de curso.
El fin de curso sin baile.
El cambio de curso de un río de aguas rápidas.
La negación constante.
El picor que rascar placenteramente
en la comodidad de tu cama.
Esos pendientes tan monos
que usar en una sola ocasión.

Un capricho de última hora.

Eso he sido yo.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Lágrimas de San Lorenzo

Una superluna vino el otro día,
heroína legal e inocua,
a salvarme de mis monstruos.

Sin embargo,
aquí sigo derrotado,
pues entretenido entre las sábanas,
cantando las nanas que aún no sé,
me pilló su blanca faz
de la mano de una princesita de dos primaveras
y un verano.

No sé qué sería lo que vería Lorenzo
que desde esa misma noche
me encuentro sus lágrimas por doquier.

Dicen que susurrarle una querencia
a sus vástagos crepusculares
solventa la dolencia
de los deseos carnales.

Cómo voy a pedir
de entre tanta elección
en una infintesimal décima
de segundo en fracción.

No da tiempo,
es imposible,
cuando me decido
la lágrima irrompible
por el cielo se ha perdido.

Ahora la superluna
marcha menguante
sobre el ocaso embadurnado
en los fuegos fatuos
de su compañero.

Mientras, yo acuno monstruos
y princesas de dentadura incompleta
esperando que de la mezcla
resurja la nueva heroína
que enganche al pueblo llano
y me salve de la cordura.

lunes, 11 de agosto de 2014

anecdotario de un regreso

Bueno damos y caballeras, va siendo hora de que os hable de algo. Ese algo se llama anecdotario de un regreso. Y es mi primer libro publicado. Hay dos formas de obtenerlo ya: para e-book en La Casa del Libro, y en formato físico traído desde Colombia. Sí, he dicho Colombia, estoy así de empanao y lo publiqué allí. Claramente esta opción no es viable por los gastos de envío que suponen. De Colombia traje 15 ejemplares para cubrir gastos y poder venderlos no muy caros sin perderle un duro. No conseguí ninguno de los 2 puntos. Así que he buscado nueva "editorial" (especializadas en autopublicaciones) y en breve enviaré el escrito corregido para el nuevo pedido. Aún no tengo claro cuánto costará el libro, ni cuándo lo tendré en mis manos, ni nada de nada. Iré informando. Pero me vendría bien saber el número de ejemplares que pedir, para no quedarme corto como con la "primera edición", ni quedarme la mitad de los ejemplares en casa. Por ello, todo aquel o aquella que esté interesado en obtener su copia de anecdotario de un regreso, que me escriba a doc.cobacho@gmail.com.

Aquí os dejo la sinopsis del libro y la portada que me inventé.
 
Cuando las llamas arden con fuerza, incendiando todo lo que encuentra a su paso, quedan brasas candentes en las que se forjan amores inmunes al tiempo. De esta forma resurgen cual Ave Fénix de la cenizas una suerte de misivas ordenadas de una en una, día a día, que llevan la cuenta alante de un regreso en ciernes.
Sumérgete entre estas cartas y encontrarás música, besos al pasado y abrazos a un futuro incierto, versos sin labios y prosas con espinas, palabras que toman nuevos significados y, sobretodo, a dos personas que creen conocerse, pero no.


¿Precio? No lo sé, la verdad. Espero que no más de 10 €. De todas formas os iría indicando según vaya obteniendo nuevas noticias de la editorial.

Si queréis obtener la versión para e-book de La casa del libro podéis comprarla aquí. Aunque he de avisaros que, como primera edición que es, tiene algún error y un párrafo de menos (así soy, no sólo publico en otro país, sino que encima lo hago mal).

En la nueva edición irán corregidos dichos errores, incluido el párrafo (he de decir que es un párrafo bastante importante, y de los que más ha gustado a varias personas que ya lo han leído), y al ser yo mismo el que os envíe el libro, irá con dedicatoria incluida.

Y poco más que contaros, que muchas gracias a todos aquellos que me apoyaron bla bla bla, un beso a mis padres, patatín patatán, y que un abrazo a todos y todas.

Ojalá os guste.

La deriva

La estridencia de la noche se hace incólume
en la luz de unas voces en concordia,
de los saltos de la tierra sobre el cielo,
de las bocas secas,
las lenguas húmedas
y los ojos inyectados en fervor.

Saltan chispas entre electrodos
dedos
palmas
y pelos.

Saltan los brazos
en busca del calor multitudinal,
de la afinidad de pasos
de pies y abrazos.

La compenetración de los acordes
hacen del deseo música,
y de la música pasión.

Que ardan los besos
y muera el corazón.
En este choque de latidos
no necesito más temblor.
En este suspiro sobran
miradas de intuición.

En este momento sólo existo yo.

Toca desistir de la impunidad
Toca hablar de maquiavélicas razones
De incógnitas sin flores
De lo que duele la felicidad
si es en brazos de un ojalá.

Toca hablar de la deriva de nuestras miradas
y callar en la templanza de la sinrazón.

jueves, 7 de agosto de 2014

cob|doc (III)

Harto estoy de pensar,
   no, de eso nada, chaval
   harto estoy yo de que pienses,
   a ver cuando empiezas a actuar.

Harto estoy de vagar,
   que no, que nada,
   harto yo de que vaguees,
   que no es lo mismo.

Buscar, o encontrar,
   buscar primero, 
   y,
   ya si eso, encontrar.

Que me dejes,
   ¿cómo?
Que no me hables
   ¿que no me qué?
¡Joder! ¡Desarapece de una puta vez!
   Sabes que no puedes.

   Sabes que es imposible
   que me debes la vida.
Y la muerte, no lo olvides.

   Y la muerte, sí.
Compartimos penas
   Compartimos culpas
Compartimos alma
   Y la vida
Y la muerte.

¿y ahora qué?
¿ahora hacia dónde?
¿hacia cuándo?

   Ahora tú y yo solos.
   Sin dependencias más allá de las nuestras propias
   Sin pilares mojados
   ni castillos de naipes
   sobre el aire.

Ahora somos uno, hecho dos,
como siempre,
haciendo dos de uno:
el que sí, todavía
y el que no, ya no.

   Exacto. 
   Tú sigue esperando
   que yo desespero.

Eso,
tú sigue desesperando,
mientras yo te espero.

   Piensa que a todo cerdo le llega su San Martín,
   y el desangre no siempre es señal de muerte,
   sino de renovación.

Entonces qué, cob,
¿nos lanzamos?
   A mí qué me preguntas, doc,
   si yo sólo soy tú
   y solo, no soy nadie.

lunes, 4 de agosto de 2014

Sprain

Cuando la anciana de rostro canoso y pelo arrugado le inquirió aquella advertencia, sabida más por repetición que por propia experiencia, a él le pareció una buena metáfora para sus textos de medio pelo y sus frases de broche para conversación: "Un esguince mal curado dura para toda la vida". Sonrió. Mas un instante después comprendió que la sencillez de esta afirmación no la hacía mejor que cualquier alegoría al Sol. Que el partenon de sus andares no es comparable a la covacha en la que se habían convertido sus dolores. Que la alopecia corría tanto por sus cabellos como por los versos de sus textos de medio pelo. Que esa mujer era una entrometida y que nadie le había preguntado. Dejó de sonreir: "¿Qué sabe usted de sus ojos, de sus manos? ¿Qué sabe usted de su risa, de sus labios? ¿Qué sabe usted de lo que duele o deja de doler toda la vida?"

- Manuel, ¿cómo te va a doler? Soy yo, tu mujer, estoy aquí, como siempre, ¿se te olvidó de nuevo la medicación?
- A mí no se me olvida nada, endiablada desconocida, ¡NADA!
- A ti sólo se te olvida el olvido, endiablado marido.

Él, cojeando, marchó a la habitación.

Ella, cojeando, se tocó a la izquierda del esternón: "¿Qué recuerdas tú de mis ojos, de mis manos? ¿Qué recuerdas tú de mi risa, de mis labios? ¿Qué recuerdas tú de lo que dolió y seguirá doliendo toda la vida? Tenían razón, un esguince mal curado dura para toda la vida".