lunes, 21 de diciembre de 2015

Caer

Ni en la caída eterna
al cielo oscuro de tu boca
se le ocurre a este pájaro de fuego
elevar plumas hacia el suelo.

Caer no es el final.
Caer no es el principio.
Caer es el camino
por el que mis pies vagan
luchando por saber.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Se equivocaba (Soneto)

Abre la jaula y escapa, bonita.
Ábrela con tu pico de plata fina
y huye de lo hondo de esta oscura mina
en la que el fuego arde y la paz dormita.

Nadie tu piar escucha, que palpita
en el corazón y en la boca trina,
que retumbaba en todas las esquinas
y ahora a nadie el sueño ya le quita.

¿Acaso no te has fijado, blancura?
Del aire te alimentas y con cuerdas
hechas de desprecio atan tu cordura.

Abre la jaula, ábrela con premura,
libera tus alas de esta mancuerda
que a tu nombre está dando sepultura.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Octubre

Ha sido octubre un mes aciago para mi estado anímico y niveles de autoconfianza. Mientras veía cómo el mundo giraba a mi alrededor, o más bien cómo giraba conmigo dentro incluido. No, ¡qué coño! Giraba a MI alrededor. Era MI mundo, del que yo soy centro y origen. El que yo veo y me rodea, a mí, a mi persona física y sensorial, el mundo del que yo soy eje central y rotor estático (el punto de origen nunca se mueve). El mundo que ven mis ojos y no los de otros, mi mundo... Bueno, prosigo: mientras veía cómo MI mundo giraba a MI alrededor, observaba con cierta distancia el comportamiento de los seres que pululan en mis confines. De sus relaciones interpersonales, sus acciones y reacciones a ciertas situaciones. Veía cómo influían sus palabras, sus gestos, sus miradas en mi persona, y prestaba atención a su vez mis reacciones y comportamientos conforme a lo que me iba sucediendo. Iba tomando nota de cada paso, cada movimiento, y sorprendiéndome cada vez más. No frente a sus acciones, unas más reprobables o loables que otras, todo hay que decirlo; sino a mis propias acciones. Reprobables todas bajo mi propio punto de vista. Me he visto reflejado en cada acto, en cada hecho, como si de espejos se tratasen y no simples actuaciones intangibles, y no me gustaba lo que veía. Observaba en el reflejo a un monstruo tenaz, perspicaz y desconfiado, celoso en sus fueros más internos. Una bestia de la que no me sentía orgulloso. Un engendro nacido de la más profunda soledad. Desolado ante la imposibilidad de un cambio inminente. Un esperpento caucásico del que no reconocía rasgos más allá de los físicos que me definen. He intenado evadirme, no tomar parte de lo que sucedía en mi vida cotidiana, mantenerme al margen para mantener así lejos a la bestia. Lejos de mí, de mis familiares, de mis amigos y conocidos. Lejos de mis letras. Pero es imposible. Tercera ley de Newton: principio de acción y reacción aplicada al devenir de los días en una persona cualquiera. Bueno, no tan cualquiera: en mi persona. Acción reacción. Y reacción a la reacción, rechazo por ésta. El hundimiento y la desgana. La desidia tirando de mí con sus largos tentáculos, arrastrándome a la más oscura y desesperante abulia.

Mala pinta, ¿eh? Pues bien, resulta que al final no era tan malo el monstruo, no tan grande la bestia, tan feo el engendro. Resulta que las sensaciones que hervían en mi cabeza no eran meras ilusiones, mentiras autosugestionadas. Me he enterado esta mañana al despedir a mi hermano de nuevo. Se vuelve a ir, por menos tiempo esta vez, pero una marcha es una marcha dure el tiempo que dure. Mi hermano. Tan grande. Tan pequeño. Hace dos años que no vive un invierno. Allá donde ha ido, donde fue el año pasado ya, no hay invierno, viven en una eterna primavera. Los que andan enamorados sabrán de lo que hablo. Digo yo, no sé. Se me ha olvidado cómo se sentía en ese estado. Se ha ido, mi hermano. Él ningún invierno, y yo ningún verano. Y a pesar de ello, o quizás por ello, desconfié de mi instinto, no le hice caso, preferí pensar que estaba equivocado, que estaba errando en mi pensar. Que me estaba convirtiendo en una máquina de odiar. En una bestia rencorosa, gris en su semblante, amarillo en la mirada, verde en la palabra y morado en el interior. Algo horroroso. Y no, no era así, no me estaba equivocando. Estaba en lo cierto, y por no haberlo sabido, por no haber actuado como pensaba haber hecho de saber que lo que sentía era real, mi hermano se va con un invierno en el pecho. El único invierno que ha vivido en dos años. Y yo ningún verano.

He de confiar más en mí.
Pregunto.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Rutinaria rutina

Esta mañana, tras 6 minutos de caravana a la entrada del pueblo, al aparcar el coche en el mismo sitio que aparqué ayer, me fijé que el coche de enfrente y también el de atrás eran los mismos. Raudo y veloz me miré el pecho y observé que no, no llevaba la ropa de ayer. Aunque se parece, pero no. No era la misma camiseta; tampoco la misma camisa, de hecho ayer vestía sudadera; no eran los mismos zapatos. Los vaqueros sí, los mismos que me puse ayer. Los calcetines quizás, son del mismo color al menos. Ah, no, los de ayer los eché a lavar. Bueno, llevaba otra ropa al fin y al cabo, no me había quedado atrapado en una especie de día de la marmota o bucle espacio temporal que me hiciese revivir las mismas 24 horas una y otra vez.
Recorriendo los 20 metros que separaban el coche de la oficina me descubrí teniendo de nuevo un flasback: acabas de saludar al mismo hombre que llevas saludando una semana. Tranquilo, pensé, mis ropas son distintas, no son las de ayer. Su ropa no, es la misma sudadera gris churretosa que usó ayer, será guarro. Bueno, no te pases, se habrá duchado, fíjate que es uno de los pintores que están arreglando la fachada, será su ropa de trabajo.
Me encamino a la puerta de la oficina. La entrada de almacén está abierta. Ahú, mi tit... digo mi jefe, ya está ahí. Y llego 5 minutos tarde por culpa del maldito atasco mañanero. Ea, bronca mañanera para comenzar con buen pie un viernes. No puede ser, no dejes que te amilane, que te caliente, hoy recibes visita de amigos para pasar juntos el fin de semana, y mañana tienes previsto hacer tu primera cerveza artesanal desde grano. No es buena idea hacer cerveza estando enfadado, eso lo notan las levaduras y se agrian, como tu carácter. Haz como si no llegases tarde, actúa normal. Entra y enciende impresora y ordenador como a diario, y quita la opción de fax del teléfono. Si te dice algo de esos 5 minutos tienes dos opciones. Una: hacerte el tonto... no, mejor no, no se te da bien mentir, lo sabes. Pues opción dos: llevas entrando media hora antes a tu puesto desde que comenzaste. El horario de tu antecesor comenzaba a las 8:00, no a las 7:30. Si te recrimina esos 5 minutos, recrimínale tu los 25 restantes de estos 4 últimos años. No, espera, no es buena idea, ¿ves? ya te estás calentando. Tranquilízate, seguro que si te echa en cara el retraso es por otra cosa, para discutir por discutir. Seguro que anoche no durmió bien. Díselo: si tienes ganas de bronca búscate a otro, a mí no me toques los cojones. Joder, ¡no! Tranquilízate, he dicho. Cómo vas a contestarle eso, a las 7:38 de la mañana, que apenas tendrá un zumo de naranja recién exprimido en el estómago. No, de esa forma serías tú el que comienza la bronca, no él. Estarías haciendo justo lo que has empezado a pensar que haría él. Fíjate: buscas el destino que de primeras querías evitar. Bueno, la puerta, abramos y que la suerte sea conmigo.
Impresora: ON. Ordenador: ON. Fax: OFF. "Buenos días, Daniel". Actúa como si nada, vamos, tú puedes. "Buenos días, Lolo, no veas qué pedazo de proyecto nos enviaron ayer". Bien hecho, bien actuado, sonríe, eso es, has evitado la bronca. Pero, ¿qué bronca: la real, o la que llevas 2 minutos imaginando que sucedería y al final no ha sucedido? Calla, no me rechistes. Pero si eres tú. Claro que soy yo, gilipollas, los dos somos yo, joder, todas las mañanas igual. Espera, su ropa... camiseta roja, pantalón gris. Mismas botas. ¿La mía? No, no es la misma de ayer. Aunque lo parece: zapatillas converse, pantalones vaqueros y camiseta informal con camisa por encima. No, no lo es. Ayer era sudadera. Claro, su ropa es la de trabajo también. Él tiene que llevarla, es operario. Tú no, ingeniero de los cojones. ¿Qué te pasa? Todos los días igual. ¿Por qué no te despiertas 5 minutos antes para evitar el atasco y el posterior calentamiento? Tu ropa no es la de ayer, deja de mirarte ya, tú eres el de ayer. Y el de antes de ayer. Y el del mes pasado. Y el mismo capullo que lleva 3 años diciendo que tiene que cambiar de trabajo. El mismo que permanece impasible ante su inmovilismo. Ese inmovilismo que aprieta y ahoga y te frustra. El mismo que cierra el bucle de no hacer nada porque nada haces. Vamos, hoy tienes que cambiar. No valen las excusas. No, lo haré el lunes: sabes que no ocurrirá un lunes. Tiene que ser un viernes. Los viernes el cuerpo está activo. Se hormona, se prepara para un fin de semana de salidas y venidas. Hoy vas a trabajar como nunca, ¿cuántos proyectos tienes por delante? Da igual, los vas a terminar todos, y los vas a terminar bien. Nada de errores. Y luego, al llegar a casa, vas a preparar los pasos para la cocción de mañana, y a limpiar los cacharros y ollas para la cerveza. Y, y, y... una mierda. Una mierda para ti y otra para tus frases automotivacionales. Sabes que no te sirven, que odias el rollito Mr. Wonderful-Coelho. Las frases automotivacionales están hechas para los pusilánimes que no son capaces de encontrar una razón para motivarse ellos mismos. No, espera, para esos no. Esas gilipolleces están hechas para los que buscan excusas a su desmotivación. Y no, a ti no te hace falta eso. Tú mismo eres la desmotivación. La excusa y la razón de tanta quietud. No vas a terminar los proyectos. Es más, ese último tan grande que te enviaron ayer, vas a cagarla en algún lado. Estadística pura. Así que para qué ponerse, tómatelo con tranquilidad. Respira, procrastina un poco por la red, empieza el proyecto cuando lleves más de una hora en la oficina, para que te de tiempo a escribir cualquier pamplina para el blog antes. Como esto, por ejemplo. Como hiciste ayer y antes de ayer y haces hoy: otro día más. ¿Mi ropa? No, no es la de ayer. Aunque se parece.

lunes, 26 de octubre de 2015

Hemos salido de la crisis

Juan era electricista.
Juan tenía dos hijas:
Ana y María.
Juan tenía una casa.

Lucía era esposa de Juan.
Lucía era carpintera.
Lucía tenía un taller de carpintería.
Lucía tenía un perro.

Ana y María son gemelas.
Ana y María son enfermeras.
Ana y María tienen trabajo,
remunerado,
cotizado y asegurado.
Ana y María hablan
con Juan y Lucía por videollamada
y les piden jamón.
Ana y María no tienen jamón en Edimburgo.

Juan ya no tiene trabajo.
Lucía ya no tiene trabajo.
Juan y Lucía ya no tienen dinero
para comprar
el jamón de Ana y María.
Juan y Lucía ya no tienen dinero
para pagar su casa, su taller.
Juan y Lucía ya no pueden mantener su perro.

Ana y María ya no tienen padres que les envíen jamón a Edimburgo.

Juan, Lucía, Ana y María son personajes inventados de una historia inventada. O eso espero. Juan, Lucía, Ana y María representan a miles de personas que, como ellos, han perdido su hogar, su lugar en el país, o incluso su vida. Pero dice nuestro presidente que hemos conseguido salir de la crisis sin que nadie se quede atrás.

domingo, 25 de octubre de 2015

La playa

He alcanzado el final
                 de la playa
para así llegar a lo más hondo
                 de mi ser,
y allí tampoco había nada.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Pesados

Está bien observar otros cuentos
y ver,
que si a ti te faltan lágrimas,
hay personajes que de una pena no salen,
de una pena no avanzan,
de una única,
innecesaria e
insuficiente pena,
que lloran
y no dejan de llorar.

Y te das cuenta que eso no es llorar.

Que pisar la misma mierda a diario
hace que la mierda no sea mierda
sino suelo que pisar.
Que un cuchillo te corta dos veces,
no más,
pues a la tercera lo coges por el mango.
Que no habrá nunca final
para la historia que
no se quiere terminar.

Como si no hubiera vida más allá de un poema.

Porque es sólo eso: UN poema.
El mismo poema del que no salen,
del que no avanzan,
el único,
innecesario e
insuficiente poema
que escriben,
y no dejan de escribir.

Y te das cuenta que eso,
no es poesía.

lunes, 31 de agosto de 2015

Flores marchitas

 


Mis amores son flores efímeras
de una planta perenne, que
cuando vengo a rendir cuentas,
cargo a mis espaldas
como un ramo de pétalos marchitos.


martes, 4 de agosto de 2015

Apariciones veraniegas en Relatos sin Contrato

Abandonados os tengo, y no creo que cambie de aquí en adelante.

Por ello, os dejo enlace a los números 16, 17 y 18 de la revista Relatos sin Contrato, en los que podréis encontrar mis colaboraciones veraniegas:

Número 16 (dedicado a Julio Cortázar): Descargar.
Número 17 (dedicado a Ray Bradbury): Descargar.
Número 18 (dedicado a Juan Ramón Jiménez): Descargar.

jueves, 9 de julio de 2015

Selfish ear

¿No os
pasa que,
 en ciertas voces,
no importa lo que digan,
siempre escucháis vuestro nombre?

lunes, 6 de julio de 2015

Mente amueblada.

Como una habitación acotada
a la mayor imperfección.

Rojas medidas en centímetros
que delimitan las zonas
en las que el uso de la lógica
no subyugue la verdadera
razón para actuar.

Algo así como un plano abstracto
representado en tres dimensiones,
y con sólo dos para designar
el camino a la felicidad:
lo que quiero,
y lo que no.

La tercera dimensión la dejaremos al azar.

lunes, 29 de junio de 2015

cob|doc (IV)

La tontería de creerse poeta nunca dio para tanto.

O seguro que sí,
no ibas a ser tú
el primero en mirarse
por encima del hombro en el espejo.

Bueno, ¿y qué? 
hay que creerse grande
hasta para creerse grande.

Ya... luego hay que demostrar serlo,
y ahí ya mejor no entramos, ¿no?

miércoles, 24 de junio de 2015

De dualidades y semántica: lágrima o sonrisa.

No he leído mucho sobre la dualidad de las palabras. De hecho, creo que no he leído nada al respecto. Es raro, algún entendido en la materia habrá, ¿no?

La dualidad de las palabras, que no de su significado. De sobra es conocido el doble sentido de éstas dependiendo del uso que se les dé en según qué situación, tono con el que se las nombra, o intención del hablante.

No es ese tipo de dualidad del que hablo, no, yo me refiero a otro. Al tipo de dualidad que sólo depende del receptor que atiende a la palabra. De los dos sentimientos que en dicha persona despierta una frase con un mismo significado.

Inmarcesible (del lat. immarcescibĭlis):
1. adj. Que no se puede marchitar.

Recuerdo:
1. m. Imagen del pasado que se tiene en la memoria.
2. m. Lo que sirve para recordar algo o alguien.

Recuerdo inmarcesible.

Un recuerdo que no se puede marchitar.

Un
recuerdo
que 
no
se
puede 
marchitar.

Un recuerdo, en la memoria, que no se marchita.

lunes, 22 de junio de 2015

Vita pulchra est

Todo lo aquí importante
no es
no existe
no es en realidad
nada
no es nada

la oscuridad no es
no es oscuro
no negro
no es
es ausencia

La muerte no es
no es final
no nada
no es
es ausencia

El tiempo no es
no es medio
no todo
no es
es ausencia

La vida no es
no es principio
es vida
no ausencia
es materia
no tiempo
es arena
no oscuridad
es luz
no es muerte
es vida

es presencia

la vida
es.

domingo, 14 de junio de 2015

Calendario

Soy un calendario.

Uno de esos de
propaganda barata, de esos
de dibujos cutres y
tipografía maquetada.

Un calendario de esos fabricados
en peuvecé de cero siete
milímetros de espesor,
de los de papel cartón
con anillas en la parte superior.

Un calendario de esos circulares,
o con base flexible,
origami sencillo de estabilidad asegurada.

Un calendario
           irreductible
              irrefrenable
                 ininterrumpible.

Uno de esos de días contados.
De los de tres sesenta y cinco.
Un calendario ordenado
en cuatro columnas vertebrales.

Jornada tras jornada
el mismo color,
inamovible y sempiterna
llamada a la rutina.

Un calendario de jardín
con ramos de veinticuatro rosas marchitas
repartidos en estantes
de a siete,
en estanterías
de a cinco,
en paquetes
de a euro el minuto.

Asfixia de invernadero en
estación estival.

Un calendario histriónico
sin nada que decir.

Tanto ruido para tan pocas nueces.

Un calendario impasible
que día
            tras
                  día
espera eterno su fin.

martes, 9 de junio de 2015

Poema publicado en el nº 16 de la revista Relatos sin contrato

"Qué difícil dar en el clavo".
Dijo el martillo
al quinto giro de rosca
sobre el tornillo.

Cuán complicado vislumbrar el interior
de un sordo,
un mudo,
un ambos inclusive
o ninguno de ellos,
si eres ciego
tuerto
o bizco,
si eres nada de lo anteriormente dicho,
es decir:
nadie.

¿Cómo suenan
las torres más altas al caer?
¿Quién sabe dónde las pequeñas?
Cuántas tienen que seguir cayendo
para aprender a usar contrafuertes,
muros de contención,
cuántas para no hacer torres y hacer mares,
hacer islas,
y usar para ello solo agua
solo tierra
solo aire.

Abandonemos la esperanza de lo que no llega,
sólo así habrá sitio para la ilusión
de lo que pasa,
el buen sabor del instante.
Para soñar sin dormir en el futuro.
Vivir sin el aire del recuerdo.
Para ser, y no estar.
Ni ciego,
ni mudo.


jueves, 4 de junio de 2015

Lo que dices sin hablar

Me llegan al oído las palabras que no mientas
para resonar con decrépito temblor
en esta mente que apenas ya te recuerda.

Me dicen tus labios sellados
que siguen sin besar
de la misma manera
en la que hundíamos barcos en nuestro pasado.

Que las longitudes
se siguen midiendo por suspiros,
aunque haya ahora
puntos de partida
                   y no de llegada
a los que alcanzar.

Que no existe horizonte en el que nuestras siluetas
no se dibujen,
ni sueño que sin pesadilla acabe.

Que la poesía duele más
si piensas en quien te la mostró.

Me llegan al oído esas palabras que no piensas
en la realidad,
existentes tan solo en este cielo efímero que veo yo,
y nadie más.

Que suerte de tu imagen
poder mostrarse
con esa terrorífica nitidez
del que toca
                 huele
                    y saborea en sueños
los manjares que en vida
no es capaz de elaborar.

Que potencia la de la mente
que cree en el hiperrealismo
porque en él vive sin parar.

Que desgracia pensar tan siquiera
en la posibilidad de acertar.

Esto no es un poema al desamor.
Esto es un mantener la vista al frente
como ejemplo de continua derrota.

lunes, 1 de junio de 2015

Soneto al ratón caído.

Terna de cobre mal conectada
como tu única motivación,
último movimiento a traición
y tu roja luz queda apagada.

No te puedo controlar ¡qué liada!
y me dejas en la habitación
señalando contigo el rincón
en el que se marchitan las hadas.

Abandono en esta, mi insistencia,
mas solución juro encontraré
sin tener que cambiar resistencia,

pues en el cajón primero hallé
disfrazado de bella presencia
este ratón nuevo que usaré.

sábado, 30 de mayo de 2015

Soneto desganado.

Adéntrome en la nocturna bruma
buscando en el brillo las estrellas,
sin motivación perenne apenas
que dé significado a esta runa.

Cuento los valores de esta suma
como quien cuenta granos de arena,
y no salen números si llega
una ola ondeando mi locura.

Nada suelto el verso de este mar
ahogando la pena del sueño
que en mi vigilia se esparcirá,

mas son imposturas de este cuerdo
que la muerte un día abrazará
sin hallarle a estas letras su dueño.

domingo, 17 de mayo de 2015

Tiempos verbales

Él era verbo regular
primera conjugación
con pocas luces
y muchos ojalás por bandera.

Ella no era regular
sino perfecta,
a su antojo conjugada
y el mar abierto por frontera.

Él predicado adverbial
sin complemento circunstancial.

Ella objeto directo
de cualquier sujeto que se propusiera.

Coincidieron ambos
en un pretérito perfecto simple,
vacío de segundas personas,
repleto de terceras.

Jugaron con los tiempos
entre copas y tierras dispares.

Adoraron a un falso dios
arropándose en su condición
de almas rebeldes.

Los días pasaron,
y el pretérito
se les hizo imperfecto.

Pese a las dudas y las ganas
eran un imposible:
parecidas sus definiciones
no rimaban jamás
sus terminaciones.

Él amaba. Ella quería.

Ahora,
en un presente lleno
de condicionales
y subjuntivos,
andan buscando ambos
el futuro simple
que más se les parezca
al pretérito anterior vivido.

Ahora,
les impera la necesidad
de pronunciar en voz alta
un futuro perfecto,
juntos,
tan solo seguros
del pluscuamperfecto
que no supieron
conjugar en su momento.

Ahora,
son sólo dos sujetos
precediendo a un predicado nominal
no copulativo.

domingo, 10 de mayo de 2015

Variedades V

Una vez tuve un amigo
que de chico sólo se
creía el truco de
robarse la nariz,
si se lo hacía el mismo.


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Empezar de nuevo es incorrecto.
Empiezas sobre algo usado: tú.
Lo demás es sólo sumar.


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La música suena mejor cuando estás solo.
Y la pintura expresa más.
Y se ve mejor el séptimo arte.
Y salen las letras más verdaderas.


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No digo que no, pero afirmar
nuestra propia inmensidad
me parece un estúpido acto
de soberbia.
O soberbio acto de estupidez,
que al caso, qué más da.


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Bueno, ¿quién sabe? quizás el olvido
no sea más que dejar de recordar.
O de querer hacerlo.

martes, 28 de abril de 2015

Se acaba el peor mes del año (4º poema recitado en el Versalando de Puerto Real)

Era tan, tan egoísta,
que al morir,
en lugar de expirar
su aliento final,
inspiró una gran bocanada de aire
guardándose así para sí,
y para siempre,
el último suspiro
que rozasen sus labios.

martes, 21 de abril de 2015

Blood

La sangre brota incólume
en la espalda caótica
de este verano en ciernes.

Un largo fluir rojo
desfila
por los senderos de la respiración.

Corriente hemoglóbica
saneando los pesares
que el invierno ha ido dejando
a su paso.

Aparecen secas
las lágrimas espesas
sin pena aparente.

Un ejército de plaquetas
al servicio de la razón
elimina el dolor de una garganta irritada,

y hay cinco centímetros cúbicos
de vida intacta en la pared.

Sangre.

Sangre en las miradas,
en los besos,
sangre en la comida,
en la nariz.

Sangre por todos lados,
sangre por doquier.

Sangre en mis dedos,
en tu recuerdo,
pero no sobre el papel.

lunes, 20 de abril de 2015

¿Cómo voy a intentar jugar
al silencio con tus oídos,
si no hay luz más grande
que la que inspiran tus labios
en mi imaginación?

¿En qué momento
podría yo pretenderme actor
y emular un muro,
si tus palabras son martillos
que desmoronan cualquier ladrillo
que levante mi razón?

¿Quién sabe lo que ahoga
tu oleaje
cuando dices que no?

¿Quién siquiera se imagina
las flores que me nacen
en la nuca
con el roce de tu ser?

No, a nadie le dio por contar sueños ayer.

Ni mi boca dice tanto,
ni mis ojos lo demuestran,
-y mira que, como ya he dicho,
no soy buen actor;

pero entre tus besos
y mis versos
caben dos mundos y medio.

Uno: el de mis anhelos.
Dos: el de tu ilusión.
El medio sólo es aire en movimiento.

lunes, 13 de abril de 2015

Sangre llama a sangre

Han llegado de golpe
todas las hostias recibidas
mandando de un soplido
las formas a paseo.

Una cascada ha hecho aparición
mostrando las mil
y una
formas de acabar con todo.

En un alarde de
inconformismo
he sacado la mugre a relucir,
dejando a la vista
al pequeño dictador
de mis pesares.

Las manos han tomado
conciencia de sí mismas
buscando en la rapidez
y contundencia de su lenguaje
el desahogo que las palabras no encuentran.

Un burdel
de ideas prostituidas
desfila ahora ante mis ojos
tentándome al onanismo
del odio en soledad.

No hay verso libre,
ni enjaulado,
que me ayude a ponerle nombre
a esta sensación de asco,
y aún así,
tendré hasta que darte las gracias.

miércoles, 8 de abril de 2015

A destiempo (3º poema recitado en el Versalando de Puerto Real)

No hacemos más
que vivir a destiempo.

Desear la barba
mientras pateamos el balón
para, con los años,
añorar el balón
mientras afeitamos la barba.

A destiempo las ilusiones.

El deseo de cumpleaños
antes de soplar las velas.
El de estrella fugaz,
cuando ésta ya ha pasado.
A destiempo.

El deseo de cosechar
siempre en año
de barbecho emocional.

A destiempo todo.

La melancolía del haber tenido,
cuando ya no tienes.
La nostalgia del haber querido,
cuando ya no quieres.
Incluso, ¡quién sabe!
la experiencia de haber vivido
cuando ya no vives.

A destiempo morimos,
y nos matamos a deshoras.
"¡Por cada minuto!" nos prometimos,
para acabar durmiendo a solas.

A destiempo
la inocencia si madurez,
a destiempo
la espera cuando impaciencia,
a destiempo
el insomnio mientras los sueños.
Y a destiempo
la vida entre los muertos.

sábado, 4 de abril de 2015

Salas de espera

La escayola de los techos
sustenta impávida las fisuras del espacio.

Ante mí se dibuja
una sala de espera eterna
en la que perder el tiempo,
y las ganas.

Una ventana al vacío
tentando a la muerte.
La tristeza antiséptica
del que teme por su suerte.
Ansiedad atronadora del síndrome de hipocondría.

Almas infectadas
por bacterias infectando
los suelos desinfectados,
y un final infructuoso
saliendo despacio, entre maderas,
al final del callejón.

Y así es como un lugar tan blanco
se viste de rojo
para acabar tiñendo
las sonrisas de negro.


(Segundo poema recitado en el recital Versalando en Puerto Real).

lunes, 30 de marzo de 2015

Ornitología

Los pájaros vienen
y me miran,
me muestran lo que podrían
llegar a ser,
lo que casi son
y no serán
por no enseñarles a volar.

Los pájaros vienen
mas no se quedan,
se estrellan
en montañas de desesperación
buscando un cielo
que intento pintar de azul
y no consigo sacar
de este gris marengo
color borrón.

No soy pájaro,
no tengo esa suerte.
Tampoco ornitólogo,
pero sé,
que al alzar el vuelo,
vio el pájaro que no era ave
sino perro,
y deseó ser gato.

No lo era,
y ahora,
yace aquí el rastro
de un pájaro muerto.

 ----oOo----

Este es uno de los 4 poemas que leí en el recital Versalando de Puerto Real. Me temo que no hay documento gráfico esta vez más allá de una foto de grupo, y el reportaje que hicieron los de Tele Puerto Real, que dejaron de grabar al comenzar mi turno (demasiado feo para la tele, supongo). Así que, al menos, os iré publicando los 4 poemas, que eran "inéditos" en el blog.

El chinito de azul sin afeitar ni peinar soy yo.

Por otro lado, el viernes participé también en la presentación del libro El cadáver presenta de Paula Aguirrezabala, y recité tres poemas incluidos en el catálogo Extraño (en Otros pensamientos lo tenéis para su descarga). Recordaros que en la página de Facebook (Alpensarmiento) estoy colgando dichos poemas con su correspondiente cuadro además de muchos artículos e información sobre poesía very very interesting!

jueves, 26 de marzo de 2015

Primer recital Versalando - Poema: Inefable

Termino ya con los tres poemas recitados en Versalando. En este caso se trata de uno de los poemas incluidos en el catálogo de la exposición de cuadros Extraño, de Pablo Castañeda Santana. En la pestaña de Otros pensamientos podréis encontrarlo para descargar.


Poema:

Inefable

"¿Qué pasa? ¿qué me pasa?

Sólo el recuerdo
alimenta el ser
de lo que siendo
no es más de lo que fue.

Mente atrofiada
por los sentidos alienada
busca en forma y color
la definición ya concebida.

No entiende más allá
de lo dado,
más allá de lo hallado.

En un mar de piedras perdida
encuentra el alma
del que hablando olvida.

Mas no el sentido,
no la dirección,
sólo lo vivido
sin ninguna explicación.

Y ya en último recurso
orgullo incólume de humano dolorido,
usa en su lengua lo inefable
para explicar lo que no ha entendido."


Y bueno, recordaros que este sábado vuelvo a participar en Versalando, esta vez en la librería Pérgamo, en Puerto Real. Estaremos allí desde la 1 de la tarde, y hasta que nos den los versos. Prometo hacerlo mejor (peor no se puede).

sábado, 21 de marzo de 2015

Primer Recital Versalando - Poema: Quizás

Os dejo hoy con el segundo poema que recité en Versalando. Como podréis comprobar, leo el poema como me sale de los nervios, y me equivoco en un par de versos. Pero la gente no se dio cuenta (eso, o que aplaudieron por pena).


Os dejo aquí el poema, que no lo tenía publicado en el blog.

Quizás

"Quizás quiera leer poesía
que hable sobre cómo
echar de más,
y no de menos.

Quizás quiera pensar
en una tristeza
que no sea mi vida,
o en una vida
que no sea mi tristeza.

Quizás quiera besar un clavo
oxidado, o ardiendo,
un clavo ya clavado,
y que no me sepa al recuerdo
de tus labios con los míos.

Quizás quiera recibir tu voz
en formato ruego
o pidiendo permiso,
para demostrarme ser capaz
de decir que no, lo siento, está ocupado.

Quizás me de miedo la soledad
a la que tanto alabo,
y busque en la añoranza
la compañía de tu abrazo.

Quizás, y sólo quizás,
te siga queriendo.
Aunque quizás, y sólo quizás,
me siga mintiendo."

Y ya sabéis, la semana que viene tenemos otra cita con los compañeros de Versalando, mucho mejores que yo, por supuesto, a las 13:00 en la Librería Pérgamo, Puerto Real.

jueves, 19 de marzo de 2015

Allá donde tiempo y espacio no importan.

He estado pensando en lo que dijiste, hermano. En la nada que nos rodea. La que nos rodeará. He pensado en las tonalidades de su oscuro hacer, en lo infinito de su reguero en nuestra piel. He estado cavilando sobre los posibles caminos que a ella nos lleven, y he imaginando también los que a ella sobrevivan y, ya sin nosotros, claro, terminen en la nada de otros, de otras, y quién sabe si en la mente de algunos y algunas, o incluso todos quizás. Lo dudo. Al menos no los míos. He intentado zambullirme en la letanía de una mente aguda, en la inmensa decrepitud del pensamiento cuando no ven los ojos más que negro sobre negro y blanco sobre blanco.  Por ponerle un nombre, ya sabes. Mi cuerpo ha probado a abandonarse a un segundo plano en el que el trabajo no importa, las enfermedades no existen, las letras sobran e incluso no hay ojos ni sonrisas que se claven en él. He cerrado y abierto ventanas. No las mismas: he cerrado las que dan frío, he abierto las que dan amplitud de miras. Conforme iba ascendiendo al nivel en el que te imagino a ti, he notado helar las manos y los pies. La espalda ha tomado consciencia de sí misma y ha empezado a temblar en busca de no sé si un botón de parada o un pedal acelerador. De repente la vida no era vida. Mi vida no era vida. Mis sueños, por desgracia, sí que han seguido siendo tales. Me he visto a mí. Yo era yo, sin nada que añadir por nadie. Inefable en mi ser y estar. Las distancias, inequívocamente esquivas, hacen acto de presencia abriendo un abismo de preguntas sin solución entre nosotros. En un comienzo inducido, yo. A lo lejos, tú. Tú eras mi tú. Un tú dorado y factible, con un halo brillante al más puro estilo infante de siete años frente al Rey Melchor. Así como yo te veo. Un ángel que no se frota las alas, sino el nabo. Un ángel que no ha caído de ningún lado pues es más real que las manos mismas que escriben esto. Ahí estabas tú, físico presente con alma jadeante. Un preludio en tu mirada. Una decepción en tu expresión. Has llegado adonde yo no. Has tocado lo que yo ni imagino con mirar. Has sentido al Ser fluir sencillo y fácil por ti, mientras que yo estrujo venas para desprender la primera gota de una poción que ya inventaré. Ahí estabas tú, mi tú, a un abismo de por qués y por cuántos de mis lo siento, no lo entiendo. Mirando en rededor lo que no esperabas encontrar, lo que sin duda contabas en tu lista de haberes por haber, y un par de cosas más que ni yo sé qué hacen ahí. Cómo lo voy a saber, si no sé ya ni pensar. Cómo voy a verte ahí, tan cerca y a la vez  tan lejos, con esa falsa impronta de lo que se puede ver y queda a tanta distancia, si la distancia no es tanta y en cambio yo no te veo. Cómo voy a pensar en nadas y en todos si mi mente no abarca tanto ni tan poco. Respectivamente, sí. Cómo voy a volar a siquiera cuatro niveles bajo ti, si no hay más altura que la que pintan tus manos en un lienzo cuando quieres desdeñar la imagen que tenemos todos de igualdad. Cómo pretendo entenderte a ti, un artista, un nacido del arte, creador y creado por y para él, si ando en proceso de elaboración para nacerme tal y no hacerme como cual, y van ya demasiados bocetos como para considerar lo primero en lugar de lo segundo. Cómo tratar de equiparar mares con montañas. Cómo terminar esta carta. No lo sé. Dímelo tú.

domingo, 15 de marzo de 2015

Primer Recital Versalando - Poema: ...8, 9, 10, ¡Voy!

Bueno, iba siendo hora ya de que subiera los vídeos del primer recital Versalando en el que participé hace poco más de un mes.

Este es el primer poema recitado, que servía como presentación a mí mismo. Posiblemente os suene, ya que se trata de un poema publicado con anterioridad en el blog (aquí).

Sin más dilación, os dejo con el primer vídeo, ya os subiré los otros dos más adelante. Perdonadme el audio, y la voz, y los nervios, y todo: "¡Era mi primerito día!"



Aprovecho para anunciaros que el día 28 de marzo a las 13:00 estaré en la Librería Pérgamo, en Puerto Real, para volver a recitar junto a los compañeros de Versalando

viernes, 13 de marzo de 2015

Y tú, ¿no piensas asentar la cabeza?

Entrada publicada en El blog del Kilo the Babas:

No son tantas veces las que me lo han preguntado, para qué os voy a mentir, pero sí que ha habido alguna. Y eso es suficiente para hacerme pensar.

- A ver, ¿cuántos años tienes, Daniel? 27 ya, ¡uff, casi nada chaval! Con esa edad tu madre tenía ya a dos cabezones dándose cabezazos por los pasillos (así hemos quedado, ¿verdad, Isra?); y tú, ahí, que lo más importante que te has planteado en tu vida últimamente ha sido dejarte crecer esa mierdibarba de tres centímetros durante dos meses, y sólo porque no encuentras la maquinilla que sueles usar para recortártela (la barba, claro).

En serio, Daniel, ¿no tienes proyección de futuro alguna? No, no me vengas con que sí, que te gustaría vivir solo y ser independiente y bla bla bla, que de megustaríaques y ojaláques están llenos los sueños y no por ello abandonan la dimensión onírica. Te pregunto por algo más serio, por un futuro en un sitio en particular, con una dedicación en particular, y unas personas de las que rodearte en particular. Te hablo de formar un hogar. Tú solo o tú acompañado, pero que sea un hogar, no una casa en la que vivir y ser independiente. Te hablo de dejarte de ilusiones sobre hacer cerveza y poesía y ser ingeniero y hacer deporte y saber algo sobre arte y algo sobre historia y algo sobre política y algo sobre cualquier algo que se te haya metido entre ceja y ceja en ese preciso instante y centrarte en un único aspecto, dos si me apuras. Espera, déjame respirar. Céntrate en una única flor y deja de picotear por tanto jardín.

Porque de eso va la vida, ¿no? De no intentar ser un hombre del renacimiento y quedarte a medias, para poder dedicarte exclusivamente a algo por y para siempre y ser bueno en ello (que no el mejor, tampoco te pases). Debes saber que la cosa va saber de una única cosa para poder tener el orgullo de decir "Oye, que solo sé sobre esto, pero sé mucho, ¿eh?".

Olvídate de tus sueños nacidos de la depresión post-erasmus en los que te dedicabas a trabajar unos dos años, tres máxime, en una ciudad para migrar a otra, en otro país incluso, y enamorarte de esa ciudad, de sus costumbres y personas, de sus callejones y callejuelas, hasta que el hastío aparecía y empezabas a odiar sus manías que ya no serían costumbres sino maníaticos tics que te desquiciaban y entonces te mudabas a un nuevo lugar, con un nuevo trabajo y un nuevo ambiente del que enamorarte, y así otra vez, y así vuelta a empezar.

Olvídate de tus viajecitos al extranjero, pongamos dos veces por año, y de tus escapadas fin de semana sí y fin de semana también. Olvídate de hacer lo que te dé la real gana y empieza a pensar un poco en los demás, so egoísta, habráse visto, disfrutar de tu vida como si fuera propia y no pensando en que los demás hayan decidido no hacerlo como tú.

Déjate ya de adolescencias y madura, ¡leñe! Toma un camino, una decisión, un destino. Empieza a parecer adulto, que vaya vergüenza que te pidiesen el carnet de identidad hace dos semanas para comprobar que tenías más de veinte años. Es hora de que crezcas -no físicamente, lo siento, eso ya es imposible para ti- y te empieces a comportar como un hombre hecho y derecho, como una persona de la que poder decir "míralo, ha llegado hasta ahí con su esfuerzo y sufrimiento. Sí, bueno, quizás no haya llegado a mucho pero oye, ha sufrido para llegar ahí y sólo por eso se debe sentir satisfecho, se puede dar con un canto en los dientes, vamos". Es hora, en definitiva, de ser lo que la sociedad espera que seas para no sentirse menos sociedad.

Bueno qué, chaval, ¿se te ha ocurrido ya alguna forma de asentar la cabeza?

- Pues mira, asentarla no sé, pero un dolorcito de cabeza sí que me ha dado, así que me voy al bar a por unas cervezas. Ya si eso cuando vuelva te digo algo. Si eso. SIESO.

miércoles, 11 de marzo de 2015

In memoriam.

Despertaba el sol por Madrid,
alumbrando su luz las vías.

En la radio no sonaban sino lágrimas
de una desgracia inesperada.

Tornáronse en rojo el rocío de nuestras caras
en aquel amanacer de escarchas.

Once primaveras ya
de un lamento desesperado
y sigue el mundo igual.

No hay mal que por ellos no vengan.

Muerta la inocencia
sólo quedan nuestras voces
para gritar la repulsa
de esos actos atroces.

Que el absolutismo de sus miradas
no sea el final de las nuestras.

domingo, 8 de marzo de 2015

La playa

La playa debe ser
algo así
como un paraíso
para los que creen que el destino
ya está escrito.
Un paraíso
para esos que piensan
que no importan
las pisadas
que por la orilla vas dejando,
pues el mar,
                      el tiempo,
se las llevará consigo
y la arena frente a ti
seguirá inmutable
esperando a tus pies anhelante.

No soy yo de esos.
Mis pisadas están atrás, sí.
Quizás no influyan
en el grosor de los granos de arena
que por delante me encuentre,
o en la cantidad de piedras
que en mi camino se interpongan.
Pero sí que me marcan el sentido,
la dirección.
Gracias a ellas,
o por su culpa,
me veré obligado
a escalar dunas
o cruzar a nado.

No caso yo con destinos
en el vaivén de las olas
o en los surcos del viento prescritos.

Pero da igual,
decidme vosotros
si esto
no es el paraíso.

jueves, 5 de marzo de 2015

Cambios

En un mar de espejos me perdí
buscando la imagen
que de mí tenía.

Ahora no sé quién es el que mira,
ni el mirado,
no distingo el reflejo del reflejado.

Es hora de que suenen cristales rotos.

martes, 24 de febrero de 2015

The first one

Fue increíble, aún no salgo de mi asombro.
De creer que de algo serviría os lo podría incluso jurar:
Increíble.

Pero tan increíble,
como cierto.

La velocidad recorría las venas
engullendo en su furia
cualquier ápice de sedentarismo presente.

Las luces se mezclaban con las sombras
en un contraste de claro-oscuros
que entubaban la visión cual noche ebria
de sábado atronador.

Las ondas del sonido llegaban lejanas,
turbias voces de ultratumba
con más ruido que nueces.

Y ahí estaba yo,
epicentro de miradas,
altavoz para oídos aviesos de verdades,
diana de miedos e inseguridades.

Ahí estaba yo,
recibiendo de forma exponencial
lo que jamás seré capaz de dar.

Gracias. De verdad.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Mi país de siempre tal vez

Cansado el ermitaño
de oír pájaro y no ver pluma
salió de su covacha
para observar expectante
que ni pájaro ni árbol
ni montaña ni cueva.
Y ahora
no es ya ermitaño
sino loco
para el pueblo que
con voces y no humanos
y casas y no humanos
y calles y no humanos
acata las órdenes de sus propias leyes
sin objetar la voz que ordena,
sin escuchar al pájaro que pía,
y sin ver al loco que sueña
con ser ermitaño
y vivir en una cueva.

lunes, 16 de febrero de 2015

Sábanas vacías

El miedo atenaza las ansias de libertad,
las subyuga al amparo de la razón,
la racional,
alejando de la toma de decisiones a la emocional,
la del corazón.

Explicadme vosotros,
que el 14 de febrero celebráis vuestro amor
y no una vuelta más al sol como hago yo,
cómo se besa a un ángel
si me faltan alas con las que volar.

Contadme de dónde he de sacar la voz
si las consonantes se agolpan en mi garganta
y las vocales agazapadas se hayan
en el fondo
de un estómago vacío de aleteos y valor.

Sólo del alborozo de las miradas
no proviene todo el calor,
pero qué frío el aire
si se camina descalzo
bajo las sábanas del colchón.

jueves, 12 de febrero de 2015

Curioso que el gusto de otros nos obligue a justificar nuestros desvaríos.
Como si la creatividad dependiese del ojo con que se mira.

martes, 3 de febrero de 2015

Procrastinación

Una ciudad de duendecillos
piel verde agua estancada
y ojos amarillo limón
vive a costa de mi aire
pendientes de mi respiración.

Una ciudad de duendecillos
alegres y contentos
con peces de colores
que nadan
en el mar de la desesperación.

Una ciudad de ambigüedades
creciente en luna creciente
y mengüante en luna nueva.

Una luna nueva de ciudades nuevas
mengüantes en viernes tarde
y crecientes en domingo amanecer.

Una ciudad de duendecillos
durmientes y bellas
vivientes sin ton ni son.

Una ciudad que crece
cuando la presión aumenta
y decrece en la laxitud de
las responsabilidades.

Una ciudad de duendecillos
que bailan
y cantan
y beben
y duermen
cuando no tienen que dormir,
ni bailar,
ni beber.

Una ciudad de duendecillos
que gritan ahogados
para pedir más agua.

Una ciudad de duendecillos
hechos
a mi imagen y semejanza.

Un ídolo dorado
en el centro de su plaza
un ídolo adorado
con vítores,
y mi cara.

Pues yo soy el culpable.
Yo soy su creador.

martes, 27 de enero de 2015

...8, 9, 10 ¡Voy!

De pequeño creía que,
si me tapaba
hasta arriba hasta arriba
y aguantaba durante un momento
la respiración,
las mantas se alisarían
y pondrían al nivel de la cama
para que no se notase que,
debajo,
había un niño escondido.

La de veces que habré perdido al escondite.

Pues así con todo.

miércoles, 21 de enero de 2015

De perogrulladas y pleonasmos.

Creyendo yo y más de uno,
que era Quevedo precursor
amo e inventor
de las perogrulladas,
cuán enorme sorpresa
encontrarme sin resuello
a semejante inútil
decir como si nada
que era blanco el color del caballo blanco de Santiago,
que las escaleras se suben para arriba y se bajan para abajo,
que hay que salir hacia fuera, entrar para dentro, ser lo que se es
y un sinfín de pleonasmos estúpidos si se sueltan con una sonrisa de declarada victoria y satisfacción
como si la ley de la relatividad o el principio de arquímedes acabase de ser descubierto en boca de este señor.

"La EPA de mañana será la que conoceremos mañana". (Mariano Rajoy, 21 de enero de 2015)

Bravo por usted, señor Presidente del Gobierno.

"I have a dream" dijo Luther King.

Yo también,
y manda huevos malgastarlo en algo así,
pero tengo yo un sueño también:
que "Buen Presidente" deje de ser oxímoron en nuestro país.

lunes, 19 de enero de 2015

Gádir

Niña ojos tristes, sonrisa inquieta,
dime qué le haces al aire
para condensar en un suspiro
todo el anhelo de un marinero en tierra.

Niña manos frías, corazón ardiente,
cuéntame con lujo de detalles
cómo se desatan los vientos
por acariciar con blanca espuma tu cabello.

Niña color plata, arruga bella,
por qué esta magia en tu mirada,
que a tus vecinos enloquece
y a los foráneos tanto atrapa.

Niña baluarte, pétrea defensa,
cántale al sol tus desaires,
que los males por la garganta salen
si los cantas a través de otras voces
en letras y compás de carnavales.

Niña madre, hermana y abuela,
acógeme en tus calles de febrero
y permíteme el beneficio de la duda
de no saber si fuiste tú, u otras tierras,
las que sirvieron de base a mi cuna.

domingo, 18 de enero de 2015

Sigo odiando los domingos

En la soledad del domingo
se abandona mi mente
lluvia y viento mediante
a la quietud del egoísmo.

Ventana de claros ojos
sonrisa blanco cielo
por la que observo roto
lo lejos que de ella quedo.

Cae sobre mí el frío,
rayo implacable
de infinitos recuerdos,
para destrozar
en su helada impronta
los pasos de frente
que con una mano cuento.

Se aleja el tiempo
de los guiños inocentes
del abrazo con brazos
y no con sueños.
El tiempo
de malabares y equilibrios
en el que sus labios
dibujaban su propia sonrisa
sin influir en mi anhelo
por probar sus besos.

En la soledad del domingo
observo impávido
al derrumbe de torres
de realidades de invierno.
Caída libre
de tasas e impuestos
al vacío que llena
de nadas mi cuerpo.

Resopla la nube
de esta tarde de aguaceros,
silba en la ventana
buscando la explicación
a la niebla
que cubre mi cara.

Y qué le digo yo ahora al viento
si me mueven más que su levante
todos los suspiros que llevo adentro.

jueves, 15 de enero de 2015

El escritor vanidoso

Dejó de leer a los clásicos de la literatura porque le enseñaban qué era lo que tenía que hacer para escribir bien.

Se pasó a la lectura de mancos, tuertos, mudos y sordos de la prosa y el verso, de esos que colman los estantes de los más vendidos en las librerías, pues ellos le enseñaban qué era lo que no tenía que hacer.

miércoles, 14 de enero de 2015

Pongamos que hablo de atardecer

Venga, otro más.

Todos los putos atardeceres igual.
Todos del mismo color.

Y mira que me gustan,
que me emocionan
y embaucan,
que no me canso
de darle vueltas
a este mundo
para poder disfrutar de uno,
y otro
y otro
y otro atardecer,
que los denomino como "otros"
pero que en realidad
son el mismo.

El mismo cielo
de gases nobles
y vientos huracanados.
Los mismos colores
dibujando de rojo
los reflejos de los cristales.
Las mismas nubes
cambiadas de lugar,
y poco más.

Un mismo horizonte
plano, de miras planas,
de cielos de colores y nubes
y cielos y colores y nubes
y así todo
y así todos
y así plano
y
así
atardecer
tras
atardecer.

Y me gustan, de verdad
os juro que me gustan,
pero me canso.

Y entonces lo intento,
los cambio, los redibujo,
les devuelvo el color
que antaño tuvieron.
Les abro el amplio abanico
de azules
de verdes
de marrón, lila y añil,
hasta el extenso campo de grises
entre negro y blanco
les abro.

Pero no es lo mismo.
Ya no son atardeceres ajenos,
atardeceres cualquiera.
Ya no brillan con estrella propia,
ya no alumbran satélites propios.
No es ese resplandor su luz,
sino la mía.

Y,
créanme,
tampoco soy tan bueno
pintando atardeceres.