jueves, 25 de abril de 2013

Selfish

Lo que no dices por no parecer egoísta a los demás.
Te convierte automáticamente en ello tras cuidar de no parecerlo,
en lugar de no serlo.

Lo que no vives por no hacer daño,
sin conocer lo que te infliges a ti mismo,
no te hace mejor persona, sino mejor carnaza.

Y qué lástima de no vida.

El dentífrico en su sitio, y aplicado desde el final.
Las zapatillas esperándote al borde de la cama,
y no al final.
La comida cuando tengas hambre, y no cuando los preceptos socioculturales lo hayan dictado.

Mi sitio, mi espacio, mi ambiente.
Mi lugar.

Los libros, como tu recuerdo, desparramados por la estantería.
La melancolía de ti, por ti, pero sin ti, como única compañía.

Soledad en el papel de mala compañera,
en el de inmejorable también.

Desvaríos sin sentido, ya ves,
atropellados unos con otros,
y aún cabe la posibilidad,
porque así lo sientas, porque así lo quieras,
tú, o más de un alguien,
que te leas entre líneas.

Ella no eres tú.
Ni siquiera ahora, por suerte para ti.
No sé quién eres. No sé quién es.
Ni sé si quiero saberlo.
Y esto, de veras, lo digo para,
y no por,
no ser egoísta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario