jueves, 8 de mayo de 2014

Firefly

Y cuando descargo mi ser, 
se me llenan
las pupilas
de sangre
y vislumbro
insectos de luz
vagando a mi alrededor.
Su aleteo dura lo
que los capilares
en vaciarse
a ritmo
de pulso sanguíneo.
Si quiero,
con sólo cerrar mis párpados,
me deshago de su brillante existencia
hasta que otra luz
los subyace.
Son efímeros,
débiles cual
amor de verano.
Pero son míos,
y sólo yo los veo,
y sólo yo los quiero.

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