viernes, 12 de diciembre de 2014

Objetivos subjetivos

Escribí un día cualquiera que no recuerdo
una frase grandilocuente de falso contenido:
la objetividad convenciendo a la subjetividad.

Mantuve charlas de sobremesa y entrecervezas,
debates sobre el arte y el tiempo
por las calles de Edimburgo,
sobre su existencia o no, por efímera que sea;
discusiones conmigo mismo incluso.

Todo eso, y no era capaz de verlo claro,
la objetividad convenciendo a la subjetividad...
no, algo no cuadra,
maldita frase grandilocuente de ambiguas formas,
maldito significado esquivo.

Hasta que apareció,
fulminante rayo de inminente inspiración,
gritándome que no,
que me equivocaba.

Jamás lo objetivo convencerá a lo subjetivo, estúpido
el conocimiento tal vez, no te lo niego,
mas no lo subjetivo será jamás convencido,
sino convincente.
Escucha:
La subjetividad convenciendo a la objetividad.
Dándole razones,
explicaciones
para ser y existir a su antojo.


Eso es, así sí.
Dime si no, cómo puede justificarse una ley que nos reprima,
una ley que nos calle y nos asfixie,
una ley que nos postre de nuevo bajo el yugo del poder,
dime si no, cómo puede justificarse, en definitiva, una ley mordaza.

1 comentario:

  1. ni una sola justificación, ni una sola.
    vuelvo por estos lares, y me gusta lo que leo, pero ya es bien sabido que me gusta lo que escribes.

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