sábado, 24 de marzo de 2018

Luna

Mi luna está dolorida porque
de su boca gotean angustia
y pena para cubrir el hueco
interno que asoma por la herida.
Mi luna está triste,
su piel surcada en temblores
refleja los cobres de un
atardecer lluvioso, el lapislázuli
de una noche iluminada, pero
no más será su luz, sino reflejo.
Mi luna está triste, dolorida,
y en su vientre se alza un rumor
ronco que atormenta:
le faltan sus dos estrellas.

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