martes, 4 de diciembre de 2018

Day after

A veces cometo el error,
grave error, de parar
a hacer autocrítica. 
Y en una de esas ocasiones
cometo el error,
grave error, de pensar en
el problema de vernos
como dos terrenos separados por
una inmensa pared rocosa de altura titánica
-unos arriba, otros abajo-
en lugar de observarnos como
el reflejo de las dos caras
de un mismo espejo. 
Opuestos: sí; distantes: quizá;
pero a la misma altura.

En ese preciso instante

me fijo en el reflejo, en los
del otro lado y en su mirar hacia abajo,
como quien mira
desde arriba.
          No desde el reflejo.

Entonces me da por pensar 

que en verdad he errado,
desando el camino
y sigo mirando hacia abajo.

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