miércoles, 4 de agosto de 2021

#unmesdeescritura - Día 2: El lugar donde escribo

El lugar donde escribo es un espacio estanco a simple vista, mal ejemplo del feng-shui y del minimalismo, pues es más bien muestra clara del horror-vacui más acérrimo.
El lugar donde escribo dispone de paredes irregulares en forma, color y textura.
Sus superficies son bien lisas, bien colmadas del gotelé de nuestra infancia.
Lo rodean jardines de pequeños arbustos de hoja caduca, y sus ventanales me plantean las vistas que yo desee según donde lo lleve conmigo.
Es el único lugar en el que la escritura me es permitida, pues sólo en su interior hallo las historias, pensamientos o cavilaciones que luego, con mayor o menor acierto, plasmo sobre el papel.
Precisa siempre, siempre, siempre de luz, y me ofrece una mayor sensibilidad a la presencia de musas si lo empapo con cerveza.
El lugar donde escribo no es un rincón secreto -no del todo-, pues lo luzco a la vista de cualquiera que lo quiera observar.
Tal vez incluso le permita la entrada a quien lo quiera disfrutar.
No sea quizás el mejor lugar donde escribir, pero es el que tengo. 

Es lo que soy.

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