domingo, 22 de agosto de 2021

#unmesdeescritura - Día 4: El poema de amor

He atado de nuevo
a la silla un cascabel
que me alegra los sentidos
con el ¡ding, ding, ding!
de su movimiento.

Ahora, la rutina diaria
es tan efímera
como el tiempo
que tarda el corazón
en dar un respingo
con el ¡ding, ding, ding!
de su movimiento.

Hago así del caminar
un baile liviano
sobre las aceras.
La atmósfera no pesa ya
sobre mis hombros.
Si una nube aparece,
rauda se desvanece
con el ¡ding, ding, ding!
de su movimiento.

¡Ding, dong, ding!
¡Dong, ding, dong!

La lluvia aclara mi sonrisa.

¡Dong, ding, dong!
¡Ding, dong, ding!

El viento empuja los pesares.

¡Ding, doding, dong, ding!

No existe en la calle un hombre
que adore como yo
a este cascabel.

¡Coge asiento, chiquilla!
Pongámosle nombre a los recuerdos
con el ¡ding, ding, ding!
de su movimiento.

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