jueves, 9 de agosto de 2018

Día 2: "Poema anti-Quiroga".

Para el segundo día del reto #unmesdepoemas, Elena Medel nos cita a Horacio Quiroga (escritor uruguayo) con una de las teorías que escribió en su "Decálogo del perfecto cuentista":

"No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino".

Y después de citarlo, y a pesar de darle la razón, nos incita a desarrollar nuestro lado rebelde y hacer todo lo contrario a lo que Quiroga enunció: coge algo que te haya pasado hoy, y escribe un pequeño poema sin reposo ni corrección. 

Este fue mi texto:

Para escribir sólo se necesita
de un soporte que sustente
nuestras letras y una herramienta
que las plasme sobre él.
Listo, ya has escrito.
Aunque no siempre es suficiente,
y la mera existencia de
nuestras palabras sobre dicho
soporte, en este caso el papel,
precisa de un significado que
le de sentido a haber escrito.
Buscas en lo cotidiano
para dar rienda suelta a la inspiración,
pero te encuentras con una imagen
blanca, borrosa incluso, propia de
un día monótono y aburrido.
Miras el reloj y te sorprendes
con que el día se ha esfumado.
Observas a través de la ventana
los colores anaranjados de
la tarde para confirmar que
el sol ya se esconde, que
ya se hace de noche.
¿Dónde han quedado,
                  entonces,
las compras que ibas a hacer?
¿Dónde el paseo por la playa
y la ropa que ibas a planchar?
¿Se habrá hecho la maleta
a sí misma para el viaje
de mañana?
Lo dudas, y lo escribes.
Ahora, todas esas tareas que
tenías pendientes están escritas
en este soporte, papel, por esta
herramienta, bolígrafo, para
atosigarte con su presencia
y dejar caer sobre ti la
pesada losa de la culpabilidad,
que releva a esa desidia
repentina e inesperada que
se ha llevado al día por delante.
Fin. Ya tienes el "qué" escrito también.
Sólo faltaría revisar el cómo,
corregir el texto, los ritmos,
y darle una forma lo más
mínimamente apetecible de leer.
Pero no, de eso trata el reto de hoy:
vomitar sin dejarlo reposar.

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